Los profesionales argentinos entre los mejores del mundo
¿Cómo ve a la profesión en general, como un hombre que recorre el mundo?
La profesión de contador público está creciendo en importancia en todo el mundo. Cada vez más se la ve como una profesión clave para facilitar el desarrollo de la actividad económica en todos los niveles. La información contable es, por un lado, un elemento esencial para que la administración de los entes, tanto públicos como privados, puedan llevar adelante su gestión; y, por el otro, es también una necesidad fundamental para quienes, no formando parte de la administración, deban tomar decisiones de inversión o de financiamiento respecto de esos entes. Si a esto le agregamos el rol que juegan los contadores en relación al sistema impositivo, tanto del lado de la administración fiscal como del asesoramiento a los contribuyentes, su papel asistiendo a los empresarios en los más diversos aspectos de la actividad económica y su labor como síndicos societarios o concursales, entre otras, resulta claro porqué cada vez más se vincula la calidad y desarrollo de la profesión contable de un país con la calidad y desarrollo de su economía.
Con respecto a los profesionales de Latinoamérica, ¿qué problemas en común se perciben en la región?
Los problemas que enfrenta la profesión de contador público en Latinoamérica no difieren mayormente de los que enfrenta en otras regiones.
La necesidad de una continua actualización profesional y el costo que esto representa, la existencia de regulaciones cada vez más complejas y demandantes, los requerimientos cada vez mayores en términos de uso de tecnología, la creciente responsabilidad profesional, las demandas cada vez mayores por parte de las pequeñas y medianas empresas y las dificultades para que muchas veces éstas reconozcan la exacta dimensión del valor agregado por los profesionales en su labor, son algunos de los desafíos comunes que uno puede observar alrededor del mundo.
¿Cómo se puede trabajar en la solución?
La Federación Internacional de Contadores y sus organizaciones miembros alrededor del mundo, entre ellas la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE), procuran asistir a los contadores para enfrentar los desafíos antes mencionados y muchos otros más.
El objetivo clave es contribuir a que los contadores estén en condiciones de prestar servicios profesionales de la más alta calidad. Para ello se trabaja en la elaboración e implementación de normas profesionales, en recomendaciones relativas a la educación de los contadores, tanto previa a la graduación como posterior a ella, en los sistemas de control de calidad del trabajo profesional y en los sistemas disciplinarios de la profesión. Hacer accesible la capacitación profesional permanente y prevenir y, en su caso, penalizar el mal ejercicio profesional son dos tareas muy importantes que llevan a cabo los Consejos Profesionales como parte de su labor para contribuir al desarrollo de la profesión contable.
Los profesionales argentinos: ¿cómo están posicionados a nivel mundial? ¿hay parámetros para medir formación o desempeño según la región?
No es fácil realizar comparaciones de este tipo porque precisamente no hay mediciones al respecto. Lo que se puede decir es que en la Argentina existe, en general, un buen sistema educativo para los contadores públicos, si bien el nivel no es necesariamente parejo entre las distintas universidades y no existen mediciones que permitan efectuar una evaluación. En otros países las organizaciones profesionales han establecido un sistema de certificación, que incluye un examen de habilitación profesional y un requerimiento de actualización profesional permanente. En Argentina, la FACPCE ha implementado ahora el Sistema Federal de Actualización Profesional que, si bien es optativo, ofrece a los profesionales la oportunidad de acreditar su capacitación continua mediante actividades educativas que están homologadas por la FACPCE. La experiencia demuestra que los profesionales argentinos pueden estar posicionados como los mejores del mundo. De hecho encontramos contadores públicos argentinos, formados en la Argentina, trabajando en muchos otros países y siendo muy bien reconocidos. Al mismo tiempo, tanto acá cómo en otros países puede haber contadores que no se actualizan o que no ponen todo el debido cuidado en el ejercicio profesional y esto es lo que hay que tratar de evitar.
Las nuevas tecnologías: ¿cómo impactan en la profesión?
Las nuevas tecnologías impactan en primer lugar en la forma en que las empresas hacen sus negocios y llevan adelante sus operaciones. Esto a su vez repercute en la forma en que los contadores deben realizar su tarea. Si pensamos en la auditoria, por ejemplo, los auditores deben estar en condiciones de evaluar las actividades de control incluidas dentro de los mismos sistemas computadorizados. Por otra parte, las nuevas tecnologías también se reflejan en nuevas herramientas a disposición de los contadores para realizar su labor, las cuales a su vez requieren de capacitación para poder ser utilizadas eficazmente.
¿Las universidades locales preparan a sus estudiantes para los nuevos desafíos de la profesión?
Como dije antes, no es posible hacer generalizaciones y sería muy bueno que existiese una medición sistemática e independiente de la calidad del producto, o sea de los graduados, de cada universidad. Hay dos elementos fundamentales que hacen a esa calidad: los programas de estudio y los profesores. Los programas requieren de una periódica revisión para asegurarse que contemplan las nuevas necesidades de formación, producto de los cambios que se producen en el entorno. Los profesores deben ser de alta calidad, deben ser evaluados sistemáticamente y contar con los elementos necesarios para desarrollar su actividad. También deberían ser retribuidos acorde con estas exigencias.
¿Cómo afectó la última crisis internacional (con la quiebra de entidades financieras muy fuertes y gerentes y ejecutivos cuestionados) la imagen de la profesión y el rol de la IFAC?
Puede decirse que, en general, la profesión contable no ha sido cuestionada. Al contrario, yo diría que la última crisis ha contribuido a resaltar aún más la relevancia del papel que la profesión contable tiene dentro de la actividad económica. Como nunca antes había ocurrido, los líderes de los países del G20 se han referido a la información contable y a su importancia como elemento vital para viabilizar la actividad económica. Han sido muy claros, por ejemplo, respecto de la necesidad de convergencia internacional en materia de normas contables.
¿En qué temas está trabajando la IFAC de manera global?
La IFAC trabaja principalmente en dos campos. El primero es la elaboración de las normas internacionales de auditoría, de ética, de educación del contador público y de contabilidad para el sector público. Para ello auspicia la labor de cuatro Juntas independientes, que actúan, a su vez, bajo el control de una Junta de Supervisión del Interés Público, que se asegura que estas juntas independientes emisoras de normas trabajen para el interés público.
El segundo campo de actuación es la promoción del desarrollo de la profesión contable en todos sus sectores: el de las pequeñas y medianas firmas profesionales, el de las firmas de auditoría transnacionales y el de los contadores que actúan en los entes, ya sean públicos o privados. Para cada uno de estos sectores existe un Comité especial. Además existe un Comité que se ocupa específicamente del desarrollo de la profesión en los países en vías de desarrollo y que ayuda, por ejemplo, a que la profesión contable se organice en aquéllos países en los que todavía no existe una profesión contable desarrollada.
En Argentina estamos próximos a adoptar las normas internacionales, ¿cómo ve el proceso previo? ¿Estamos a la altura de este desafío?
La FACPCE ha trabajado muy bien con la Comisión Nacional de Valores para establecer un plan de implementación de las normas internacionales de información financiera. Estas normas serán de aplicación obligatoria para las empresas que hacen oferta pública de sus títulos valores, de capital o de deuda, para los ejercicios que inicien a partir del 1 de enero de 2012 y podrán aplicarse optativamente para ejercicios iniciados a partir del 1 de enero de 2011. La opción de utilizar estas normas internacionales se extiende a los demás entes no obligados e incluso, de acuerdo a un proyecto de resolución que se encuentra período de consulta, también existirá la opción de aplicar las normas internacionales de información financiera para pequeñas y medianas empresas. Esto último es muy importante, ya que la inmensa mayoría de empresas califican para utilizar estas normas, que son más sencillas y se adecúan a las necesidades informativas de este tipo de entes.
Es de esperar que la aplicación obligatoria de normas internacionales de contabilidad se extienda a otros entes de interés público, como las entidades financieras y las compañías de seguros.
Por otro lado, la FACPCE está estudiando la adopción de las normas internacionales de auditoría.
La profesión en la Argentina no debería tener ningún inconveniente en aplicar estas normas internacionales, aunque ello requerirá un esfuerzo especial de capacitación para todos los profesionales. También demandará la inclusión de su estudio en los programas de educación universitaria. Nada de esto debería representar un problema en Argentina. Por el contrario, creo que será bien recibido por los estudiantes, deseosos de estar al mismo nivel que cualquier otro profesional en el mundo. También será motivo de satisfacción para los que ya están graduados y que, con cierto esfuerzo de por medio, vivirán la siempre reconfortante experiencia de haber adquirido nuevos y útiles conocimientos.
¿Qué rol deben cumplir los Consejos Profesionales frente a esto?
Los Consejos Profesionales de Ciencias Económicas tienen un papel fundamental en todo este proceso. En primer lugar facilitan y hacen accesible la capacitación a todos los profesionales, sin distinciones. En segundo lugar, tienen a su cargo, a través de la FACPCE, la conformación de los cuerpos técnicos que deben participar en el proceso de emisión de las normas internacionales, especialmente opinando sobre los borradores de normas, como así también analizando su implementación local y participando, en su caso, con representantes en los organismos emisores de normas internacionales. En tercer lugar, tienen un papel clave en todo lo relativo a la regulación de la profesión, de modo de contribuir al objetivo de asegurar a la sociedad que los profesionales de ciencias económicas brindan un servicio profesional de alta calidad.