Belgrano primer gran economista de la Patria
El día 3 de junio de 1770, nacía en Buenos Aires, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, el cuarto de los trece hijos del matrimonio de Domingo Belgrano y Peri y María Josefa González Casero; nuestro amado prócer que no sólo fue abogado, militar, creador de la Bandera Nacional, educador, estadista, periodista, traductor, políglota y uno de los tres Padres de la Patria junto a los generales José de San Martín y Martín Miguel de Güemes, sino además el primer gran economista que tuvimos.
Ya en funciones como Secretario del Real Consulado en Buenos Aires, las que cumplió incluyendo la jurisdicción mercantil y la junta económica, desplegó una incansable y fructífera labor tendiente a mejorar y optimizar la situación del entonces Virreinato del Río de la Plata.
Trató por todos los medios posibles a su alcance corregir los abusos del comercio exterior y fomentar el in- terno reduciendo las exacciones que lo gravaban, facilitando la navegación fluvial e insistiendo en la construcción de nuevos caminos para la mejor integración de los pueblos y hacer más próspero el flujo del intercambio de bienes y mercancías, tales como el caso de Catamarca y Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero, San Luis y Mendoza, incluso los que franqueaban la comunicación entre Buenos Aires y Chile.
Se valió del asesoramiento de auxilia- res y organizó viajes de reconocimiento de distintas zonas, interesándose en los nativos de cada lugar, su vida y costumbres, sus formas de cultivar la tierra y las ventajas de su integración al comercio, interrelacionándolos entre sí y con los europeos.
El Consulado bajo su inspiración se abocó a la construcción del muelle de Buenos Aires, con las obras que implicaron el sondeo del río y el reconocimiento de la totalidad de la costa. Su especial y marcado interés por el fomento de la agricultura se puede apreciar de la lectura de sus propias palabras: “En todos los pueblos la agricultura ha sido la delicia de los grandes hombres…, y aún la naturaleza parece complacerse en que se destinen a ella… Dios ha prescripto que la naturaleza no tiene otro objeto que la renovación sucesiva de las producciones necesarias a nuestra existencia”. En su primera Memoria, en 1796, realizó un estudio económico profundo con objetivos amplios e ideas adelantadas a su época. La tituló “Medios generales de fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio en un país agricultor”, sintetizando un vasto programa económico de fomento de los cultivos, el comercio libre, el desarrollo y la protección de la industria nacional.
Puso de manifiesto las ventajas de realizar un estudio experimental del suelo, la rotación de los cultivos y la selección de granos. Propició la creación de las Escuelas Públicas de Agricultores y de Comercio, esforzándose en lograr el establecimiento de la Escuela de Náutica, una Academia de Arquitectura, Dibujo y Perspectiva, y otra de Matemáticas.
Recordemos también que además de su valiosa actividad en el Consulado y ya acontecido el 25 de mayo de 1810, desarrolló en vísperas de la Revolución, y luego de producida ella, una intensa labor de asesoramiento hacia sus pares del gobierno patrio, fomentando lo atinente a incentivar la actividad económica naciente en un marco de libertad y progreso.
Sus esfuerzos por estudiar la navegabilidad del Río Bermejo muestran a las claras, junto a otras iniciativas similares, su pre claridad y visión de futuro.
Las ideas fisiocráticas habían prendido con fuerza en su espíritu, tendiendo en todo momento a promover no sólo la agricultura como vimos, sino también la ganadería, poniendo énfasis en que toda explotación
comercial debía ser racional, protegiendo el equilibrio de la naturaleza.
Podemos afirmar sin hesitación alguna que Belgrano fue el primer ecologista de nuestra nación, siendo el precursor del uso civilizado del suelo, respetando cabalmente los ciclos y cuidando el medio ambiente, logrando una sinergia entre la sabiduría de los pueblos originarios y la técnica de uso en el viejo continente para obtener lo mejor de ambos en bien del crecimiento del país.
En un nuevo aniversario del nacimiento de Belgrano y en el marco del Día del Profesional de Ciencias Económicas, creo oportuno hacer votos para que todos en conjunto luchemos por tener una Patria cada vez más pujante, libre, justa y sobe- rana que nos enorgullezca por ser el fruto de los inclaudicables esfuerzos puestos en su beneficio.