La violencia sobre la mujer en nuestro país: una primera aproximación
Escribe: Lic. David Slodky
No quise
Estremecido, todo salpicado, me refriego con detergente, con kerosén, con piedra pómez. No me sale. Me pongo bajo la ducha, una hora, dos. ¡Cómo se los explico a los chicos! ¡Cuántas veces se lo advertí, le pedí, le rogué que no lo hiciera!
Y terca, obstinada, necia, como buena gallega, otra vez me provocó.
Comienzo estas líneas con este micro cuento de mi libro “Parpadeos”. Pero,como muchas veces pasa, la realidad supera largamente la ficción.
La violencia de género: una catástrofe.
Una catástrofe parece haberse abatido sobre nosotros. Y estoy hablando tanto de Salta como del país. Cuando no terminamos de salir de la estupefacción que nos provoca la muerte violenta, absurda, terrible de una o más mujeres, ya nos golpea otra situación semejante en violencia y perversión.
Elena Highton de Nolasco, miembro de la Corte Suprema de Justicia, expresó su consternación hace pocos días: “(Los femicidios) crecen, son más cruentos, más perversos. Hasta la noticia de hoy: ¡19 femicidios en 17 días! O sea, más de un femicidio por día”.
Salta es la tercera provincia en cantidad de mujeres asesinadas, detrás de Buenos Aires y Santa Fe. Pero en términos de tasa (% de mujeres asesinadas sobre cantidad de mujeres en cada provincia) Salta ocupa el tristísimo primer lugar.
Algunas reflexiones previas
Erich Fromm, en su “Anatomía de la destructividad humana”, reflexiona acerca de la agresividad humana: “El hombre difiere del animal por el he- cho de ser el único primate que mata y tortura a miembros de su propia especie sin razón ninguna, y siente satisfacción al hacerlo. Es esta agresión “maligna”, biológicamente no adaptativa y no programada filogenéticamente, la que constituye el verdadero problema y el peligro para la existencia del hombre como especie”.
Pero esta “agresividad maligna”, específicamente humana, es una de las respuestas posibles a necesidades psíquicas arraigadas en la condición existencial del hombre; existen otras respuestas humanas posibles a esa condición. En buena medida depende de que los seres humanos organizados en sociedad, favorezcan unas u otras. Así, por ejemplo, la necesidad de “excitabilidad”, metaforizando, podemos satisfacerla con el Teatro Griego o con el Coliseo Romano. La necesidad de trascender, dado lo efímero de nuestra vida, podemos realizarla a través del amor, de la creación (sea científica, artística, económica o política) o del odio y la destrucción. Jorge Luis Borges y Carlos Robledo Puch, por citar dos argentinos “famosos”, lograron “trascender” su existencia individual y transitoria de dos formas absolutamente opuestas.
Son las condiciones económico-sociales, institucionales, educativas y familiares las que pueden favorecer una u otra forma de realización existencial.
Pulsión de vida –Pulsión de muerte
En el ser humano individual y en las sociedades humanas anidan tanto la pulsión de vida como contradictoriamente- la pulsión de muerte. Pero son las sociedades en las que se inserta el hombre las que pueden promover una u otra pulsión, debilitando temporariamente su alternativa. Cuando la violencia asesina se manifiesta una y otra vez, tenemos que inferir una atmósfera social que abona con putrefactos fertilizantes el desarrollo de la pulsión de muerte y las patologías perversas.
Actualmente, en el mundo, las guerras y las migraciones masivas con resultados escatológicos han aumentado exponencialmente. Las cuatro actividades más redituables a nivel mundial, que mueven billones de dólares son: la producción y venta de armas de destrucción masiva, el narcotráfico organizado, la trata de personas(sexual y laboral) y el sistema financiero (no productivo).
En EEUU, la potencia hegemónica en el mundo, acaba de ser elegido presidente un patán mafioso, misógino, ignorante y xenófobo.
Repasando ligeramente lo que está pasando o acaba de pasar en Brasil, Venezuela, Paraguay, Honduras, lo que está pasando con el siniestro ISIS, lo que pasa en Siria, Medio Oriente, Ucrania, etc., observamos quiebres institucionales, terrorismo a escala nunca vista antes, guerras inmisericordes, desastres medioambientales, etc., etc., etc.
La situación en nuestro país
En Argentina, a su vez, el grado de virulencia en el enfrentamiento político ha llegado a límites realmente inquietantes. No es algo inédito. Ha ocurrido reiteradamente a lo largo de nuestra historia, desde nuestros mismos orígenes.“Calígula, Nerón, general de un ejército imaginario” fue lo menos que decían de Güemes los bienpensantes de Salta, tan sólo 14 días antes que lo embosquen e hieran de muerte, frustrando definitivamente el plan sanmartiniano, del que Güemes era una pieza clave.
Hoy, a ojo de buen cubero, podría decir que la mitad de la población opina que la otra mitad de la población es o bien corrupta o bien deficitaria mentalmente. Y viceversa. Hablando ya de las máximas autoridades de este país, cuando era candidato el actual presidente tenía acumuladas 214 causas en su contra, y sin embargo fue elegido. Hoy puede verificarse que no era cierto todo lo que prometió en el debate(no iba a devaluar, no iba a hacer ajustes de tarifas, iba a mantener lo bueno y modificar lo malo, no iba a hacer ajustes, etc., etc).Por el lado opuesto, la ex mandataria está procesada actualmente en distintas causas y con distintos fundamentos, y es denunciada permanentemente por dirigentes políticos que fueron oposición a su gobierno, y por formadores de opinión que se dicen independientes. No voy a entrar a analizar la justicia o injusticia de las causas de uno y otro presidente en ejercicio o con mandato finalizado. Tan sólo señalar las implicancias que puede tener esto en el inconsciente colectivo de la sociedad. Los máximos referentes de nuestro país son vistos prácticamente por una mitad u otra de la población como “corruptos” y/o delincuentes”.
Frente al panorama a nivel internacional y a nivel nacional, digo, ¿puede haber alguien capaz de suponer que esto no tiene implicancias en el inconsciente colectivo y en una modificación no precisamente para bien de la Personalidad Básica de las sociedades humanas en general y de la nuestra en particular?
Resuenan nuevamente en mí las palabras que Einstein le escribiera a Freud en 1932, tan sólo 7 años antes de que estallara la pavorosa Segunda Guerra Mundial y el martirio de millones de personas: “Parece como si el destino de las naciones haya de cederse inevitablemente a la violencia y a la irresponsabilidad de los dirigentes políticos. Éstos y los gobiernos deben en parte sus investiduras a la fuerza y en parte a la elección popular. No pueden considerarse representativos de los mejores elementos desde un punto de vista moral o intelectual, de sus respectivas naciones”.
El condicionamiento psico social
En un trabajo, el psicoanalista José Carpman, planteaba al “silencio como exponente de la agresión y del instinto de muerte”, aclarando que “cuando se habla de silencios no se alude literalmente a la ausencia de la voz discursiva sino también al significado implícito de negación o desmentida”, agregando a continuación que se refería particularmente “a lo que no se dice o a lo que se dice para no decir, esto es, el discurso de la negación”.
La palabra que no se dice, o la palabra que se contradice con lo que se hace(el doble discurso, en fin), a nivel de los gobiernos o de los factores de poder o de los constructores de sentido, constituyen, en mi opinión, una de las variables psico sociales que de manera preponderante están jugando para el incremento de la violencia y del increscendo de la agresividad o pulsión de muerte, a nivel mundial y a nivel nacional. La palabra referencial pierde así su función de sostén, de articulación, de pronunciación aclaradora y orientadora para convertirse en una fuente de confusión, de tergiversación, o de uso vacuo y frívolo en el mejor de los casos, que provocan inevitablemente incredulidad y desconfianza, por donde un vacío se filtra.
Frustración y agresividad
En un trabajo de investigación cuasi experimental, Dollard, Mear y Sears, demostraron hace ya muchos años,en EEUU, la relación que existía entre la frustración y la agresividad. A mayor frustración, mayores niveles de agresividad.
El nivel de frustración por factores económicos relativos a la injusta distribución del ingreso, el incremento de la pobreza y el desempleo y los condicionantes político sociales en el país y el mundo que hemos señalado, es hoy por hoy muy grande, y por ende, la agresividad también. Y la agresividad se vuelca siempre, fundamentalmente, sobre los seres más vulnerables.
La familia y el sistema educativo
En una familia, como en una sociedad, el doble discurso de los padres (o de los dirigentes), su decir que se contradice con su accionar, es fuente de profundas perturbaciones psicológicas y/o sociales.
La eminente psicoanalista Francoise Dolto, afirma que “las perturbaciones de la relación simbólica pueden ser tan graves como las afecciones físicas”. Esto es, cuando la función padre o la función madre está de alguna manera alterada de la relación padre-hijo o relación madre-hijo, altera y enferma, inevitablemente, a los hijos. “Todo padre y todo educador, que el niño impúber toma fatalmente como modelo, al no dar el ejemplo de lo que impone, al no decir lo que hace y no hacer lo que dice, es un maestro corruptor” (“corruptor” no en el sentido legal del término, sino en el sentido de “perturbar la relación simbólica”). no y en todo grupo social. “Natura y Nurtura”, Naturaleza y Cultura, se entrelazan para bien, o para mal.
Pulsiones destructivas
Dentro de las pulsiones destructivas del ser humano, la psicopatía, el sadismo y la necrofilia, son algunas de sus expresiones más espeluznantes. La psicopatía podemos caracterizarla como la incapacidad de empatía por “el otro” y el bajo o nulo nivel de remordimiento o culpa por el accionar dañoso del “otro” (u “otra”). El sadismo es una “crueldad refinada, con placer de quien lo ejecuta”. Pero Erich Fromm señala que la esencia del sadismo reside en la pasión de poseer un poder ir restricto sobre otro ser dotado de sentimiento. “La persona sádica es sádica porque padece de una impotencia del corazón, por la incapacidad de conmover al otro (y de conmoverse por el otro, agrego), de hacerlo reaccionar, de hacerse amar,y compensa esa impotencia con la pasión de tener poder sobre los de- más.” La necrofilia (amor a la muerte) adquiere cabal expresión en el “Viva la muerte” del general falangista español Millán Astray, que motivara la tremenda respuesta de Unamuno: “Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y El maltrato físico o psicológico (entre los padres y/o de los padres respecto a los hijos) en la vida cotidiana de una familia, perturba extremadamente el desarrollo psicológico y emocional de los seres en crecimiento. Y si esta historia sufrida y padecida no es elaborada adecuadamente, de una u otra manera tenderá a reproducirse (nunca como fotocopia) en la edad adulta. La familia en primer lugar, y el sistema educativo en segundo lugar, pueden actuar como “encauzadores” o “potenciadores” de los componentes (positivos y negativos) que habitan de una u otra manera en todo ser huma-para persuadir necesitarías algo que os falta: razón y derecho en la lucha”. El necrofílico ama la muerte como “solución final” o catalizador de la “solución final”. Pero aunque carece de razón, no duda en tenerla (El micro- cuento inicial es una muestra de esto). El sistema educativo en nuestro país está en crisis profunda desde hace muchos años. Diría, cuanto menos, desde la dictadura de Onganía. La “Noche de los bastones largos” fue todo un símbolo, cuando a garrotazos (literal y metafóricamente) se destruyó el alto nivel al que había llegado la ciencia, la investigación y la enseñanza en Argentina. No se ha repuesto plenamente desde entonces. Y “la familia” como institución contenedora y encauzadora está también en profunda crisis, por la dificultad que se experimenta en la realidad de los casos para resolver las oposiciones narcicísticas que toda relación humana conlleva.
¿Por qué la mujer es uno de los seres “elegidos” para la descarga de esta frustración a través de la violencia sádica? Sandra Russo, en su reciente libro “Lo femenino: Aproximaciones a las mujeres como enigma“, señala justamente cómo la mujer cuestiona cada vez más al patriarcado como sistema de poder violento, milenario y global, que ha pretendido (y pretende) a través de los tiempos tener a la mujer como propiedad privada del hombre. La violencia desatada a partir del delirio celotípico, que puebla mi consulta clínica, es una de las formas en que este sistema patriarcal, violento, se expresa. La sospecha insidiosa, el no aceptar a la mujer como un igual, el tomar como natural que ella deba someterse al mandato masculino, más un incremento del sadismo potenciado por la divulgación sin medida a través de los medios de comunicación de situaciones terríficas, más la presencia de la ingesta de drogas como algo casi “normal” (estadísticamente, con toda la implicancia de falta de control para actuar apenas surgida la pulsión) están en la base de este tremendo fenómeno que requiere de políticas de Estado para morigerar- lo y reducirlo a mínimas expresiones, que requiere de un repensarse del Sistema Educativo y del Sistema Judicial y Policial, y de la Familia como institución primera y fundamental en la formación de las personas. Pero si justamente los que detentan el poder político y/o mediático, tergiversan reiteradamente, sin autocuestionarse, la palabra que en lugar de ser sostén y vínculo social es esgrimida para mentir, negar o renegar, “lo que no se dice o lo que se dice para no decir, esto es, el discurso de la negación”, estamos ante un callejón difícil.
Una última suposición
En EEUU, la violencia policial contra la población afroamericana se ha incrementado notablemente. Justamente, cuando por primera vez había sido elegido presidente un afroamericano. En Argentina, por primera vez había sido elegida democráticamente una mujer para la máxima investidura, en un país profundamente machista. Y la violencia contra la mujer se ha incrementado. No creo que sean “casualidades”. Y cuando los condicionantes político-sociales, educativos y familiares están atravesando una oscura etapa, entonces la psicopatía, el sadismo, el narcicismo maligno y la necrofilia proliferan como maleza en terreno descuidado. Y la mujer es una de sus principales víctimas. Desarrollaremos sucesivamente estos puntos apenas esbozados acá, y apuntaremos propuestas en próximos escritos.
En memoria de nuestra colega Clara del Carmen Castro, y de todas las personas a quienes les arrebataron la vida irracionalmente.
El Lic. David Slodky es egresado de la U.N.C., trabaja actualmente en forma privada como Psicoterapeuta. Fue miembro del Equipo de Psicopatología del Hospital Nacional de Clínicas de Córdoba y fue Profesor de la carrera de Psicología de la U.N.C. y de Ciencias de la Educación de la UNSa Es el creador de la materia “Diseños Experimentales en Educación”, eliminada luego por la Dictadura. Fue Director de la Carrera de Ciencias de Educación de la UNSa; fue Director del Departamento de Evaluación del Proyecto para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia del CONICET- PROMEC. Bs.As; y fue Especialista de Programa en “La Educación en Iberoamerica” en la O.E.I. Madrid, España. Es autor de “El test de Maduración Salta y la homogeneización de grados en la Escuela Salteña. Un análisis crítico”, que posibilitó que dejara de diferenciarse a los escolares salteños en “Normales”,”Lentos” y “Muy lentos”. Ha publicado “Las fronteras”, “Carmen Puch de Güemes. Al encuentro de la Heroína”; “Travesía”; “Tres relatos bíblicos y otros cuentos”;“Parpadeos”; “El mundo, ¿fue y será una porquería?”; e “Imposturas intelectuales. El Psicoanálisis y las Ciencias Sociales en la encrucijada del 2000”.