Se fue Narciso Ramón Gallo, un hacedor de la profesión
El 14 de febrero pasado nos dejaba el Cr. Narciso Ramón gallo, un hombre de una trayectoria impecable y un gran compromiso con la formación de los profesionales.
Se había recibido de CPN en el año 1963, en la Universidad Nacional de Tucumán. Con una decidida vocación de servicio y dispuesto a jerarquizar la profesión, fue Presidente del Colegio de graduados en Ciencias Económicas, y luego Presidente de nuestro Consejo Profesional de Ciencias Económicas, entre 1981 y 1983. También fue miembro de la Mesa Directiva de la F.A.C.P.C.E.
En el ámbito académico, fue Profesor Titular, tres veces Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales y ocupó el cargo de Rector de la Universidad Nacional de Salta.
Fue un hombre probo, generoso de sus conocimientos y de gran temple, siempre dispuesto a escuchar y aconsejar; el año pasado en el marco de las entrevistas que se hicieron a quienes presidieron la institución, gallo destacó el rol fundamental de los profesionales en Ciencias Económicas para la sociedad. “Desempeñan funciones ejecutivas y de asesoramiento en los organismos públicos nacionales, provinciales y municipales, en las grandes y pequeñas empresas; auditan y dicta- minan los Estados Contables de las compañías públicas y privadas, informando a la sociedad con opinión fundada sobre la situación patrimonial, económica y financiera de las mismas, elementos básicos para la toma de decisiones; son además asesores y responsables del cumplimiento de las obligaciones en materia tributaria. Frente a las obligaciones descriptas, el desafío mayor es la permanente capacitación que se adquiere realizando cursos de especialización, asistiendo a Jornadas y Congresos organizados por las instituciones profesionales”, recomendaba.
En otro tramo de la nota, Narciso Ramón dejaba claro, no sólo que su espíritu inquieto estaba intacto, sino también su mirada a futuro sobre el compromiso cierto de las instituciones intermedias con la comunidad: “Siempre he pensado que todas las profesiones tenemos una deuda pendiente con la sociedad en la que estamos inmersos. Creo que ya es tiempo de pensar seriamente en constituir una entidad de 2do grado, integrada por las instituciones que rigen todas las profesiones, fijar un aporte por cada uno de los matriculados a cargo de las entidades integrantes y desde allí comen- zar un nuevo y gran proyecto cuyo objetivo no tiene techo”.
Siempre era un placer escuchar sus consejos o sus anécdotas. Se fue cuando todavía teníamos mucho para aprender de él. Los colegas lo recordaremos con su sonrisa franca, su carcater apacible, su notable inteligencia y ese rol componedor que siempre lo caracterizó.
¡Hasta siempre, colega y amigo!