¿Por dónde van sus números? Decidir para el día a día o echar un vistazo a lo lejos. Esa es la cuestión…
Escribe: Dr. Domingo Mazza - Economista. Director del CENECO FACPCE
To be or not to be.
Ser o no ser, esa es la cuestión.
¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, gimiendo bajo el peso de una vida molesta si no fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá de la Muerte (…) nos embaraza en dudas (…)?
William Shakespeare, Hamlet
Como en aquel momento de duda y en la vida misma, decidir tiene sus dificultades, y ello viene a agravarse en temas económicos, donde ante lo resuelto pueden evitarse muchas cosas, menos las consecuencias. La cotidianeidad obliga a elegir posiciones en el tablero para que nuestro esfuerzo no se desvanezca y permita satisfacer necesidades que, como sombras, nos acompañan desde que nacemos. Esos requerimientos en manos de los gobiernos se tornan muchas veces en funciones básicas del Estado, y paradójicamente -ello siempre ha sido así, por lo menos desde que tales figuras existen-, no necesariamente las medidas gubernamentales se ven reflejadas como satisfacción instantánea.
Permítame, entonces, decirle que esto no es creación argentina; alguna abuela española diría: “En todos lados se cuecen habas” (aclaremos que en Italia se escucha igual), pues en todos lados el tiempo hace de las suyas, y mientras sacrificamos riqueza para pagar tributos esperando que regresen como recursos, las necesidades continúan reproduciéndose. La clave, entonces, no es recaudar o gastar más, sino hacerlo de manera eficiente.
Probablemente, donde se atraviesan la coyuntura y el largo plazo, se emprenden las soluciones en términos económicos. Si cruzáramos la historia con la actualidad, podríamos imaginar que si Keynes revisara su visión de largo plazo miraría atónito las Lebac en la Argentina.
Luego de esto, si espera que comience definiendo en pocas palabras qué es la economía, permítame recordarle que “toda frase breve acerca de ésta es intrínsecamente falsa” (Alfred Marshall, 1842-1924).
Así las cosas, mientras intento reposar la vista entre tantos guarismos, prefiero describir lo que advierto desde la ventana de mi despacho, frente a un bar. Allí adentro y sin niños que apoyen la ñata sobre el vidrio… se identifica a un individuo absorto frente a su teléfono de última generación. Lo acompaña un solitario café circunstancial, aunque humeante, buscando protagonismo. Allí, se encuentra aquel hombre, mientras se pregunta si la Argentina está en crisis; da respuesta a varios mensajes a la vez, sin dejar de buscar con el mismo dispositivo cotizaciones para proteger su patrimonio de aquellas fuerzas externas que golpean como olas oceánicas que se sacuden en el acantilado, sin saber quién gana aún.
De esta forma, parecen darse los días en la actualidad, mientras se suceden hacia la estructura económica como algo constante, solo modificable en el largo plazo. Para ello, la coyuntura considera que las corrientes diarias de la economía son sencillamente mutables, efímeras y ligeras. Hoy sabemos que en economía el largo plazo se construye de manera adecuada administrando la política macroeconómica de la coyuntura. En una célebre expresión crítica a la economía neoclásica, John Maynard Keynes (1883-1946) afirmó que “en el largo plazo todos estaremos muertos”. Increíblemente, el padre de la macroeconomía que permitió dirimir el largo plazo para el desarrollo de modelos de crecimiento económico, aún hoy debatidos focalizó su preocupación práctica en el corto plazo, en momentos que arreciaba la crisis.
Si usted se encuentra con conectividad a mano -como aquel hombre adepto al buen café-, puede ubicarse en posición de defender sus finanzas, o al menos intentarlo. Lejos en el tiempo del eco- nomista nacido en Cambridge, estará evaluando qué hacer frente a la última licitación antes de las PASO, donde el Banco Central dispuso subir la tasa de las Lebac al 26,5% anual para el plazo más corto de 28 días. Ya había enviado señales a través del mercado secundario que indicaban que preparaba un ajuste de esta proporción en las tasas. Con esta decisión busca, por un lado, mantener una férrea postura anti inflacionaria, ante una probable perforación de los 20 puntos de este año para el mal endémico argentino; y por otro aunque pareciera ser subliminalmente pretende aquietar las turbulentas aguas (como aquellas oceánicas frente a los acantilados) del dólar, que se aproxima a la barrera de los 18 pesos, valor que el presupuesto público nacional estima para este año.
Permítame un pequeño pronóstico con respecto a las Lebac. Entiendo que irán perdiendo presión y que se aproximan a un techo, o que están a la vera de algún rescate cruzado por un bono de fuertes tasas que arbitre su asistencia. Al mismo tiempo, el Banco Central renovó el swap de reservas con China por tres años más al extender el acuerdo bilateral para mantener la fortaleza de las reservas internacionales, que ya se aproximan a los 48.000 millones de dólares estadounidenses.
Mientras sigue evaluando y el café ya tibio lo espera, nuestro amigo lee entre noticias que la solución implica una reforma fiscal para optimizar el sistema tributario bajando presión y recaudando más, una reforma laboral para que los asalariados ganen más con menos costo para el empleador, y la optimización de los niveles de empleo cuidando las finanzas públicas; y mucho más como para un solo golpe de vista y un solo café.
Mientras tanto, por allá quedó el británico en el tiempo, preocupado por asuntos que hoy son vigentes y que atienden los pensamientos de quienes les otorgan a los objetos sociales de sus empresas varias décadas en sus estatutos. Se aproximan entonces las preguntas: Si el consumo, las inversiones y las exportaciones parecen los motores de las economías, ¿qué pasará con cada una de ellas en el largo plazo?; si la retribución del trabajo es el salario y parece ser azotado por máquinas en su reemplazo, el consumo se encuentra con la paradoja de que no haya quienes consuman bienes y servicios. Por las dudas, lo recuerdo: aún los robots no consumen. Es más, son sometidos en general a la teoría de fallos y reemplazos, donde una pieza en desperfecto simplemente se sustituye y todo sigue igual.
Estamos siendo afligidos por una nueva enfermedad, de la cual algunos lectores tal vez no han escuchado el nombre, pero de la cual escucharán a gran escala en los años por venir: desempleo tecnológico.
The General Theory of Employment, Interest and Money
Y sigue siendo el mismo Keynes…
De acuerdo con un informe del Instituto Global McKinsey, publicado en el sitio del Foro Económico Mundial, casi la mitad de todo el trabajo que se realiza en la actualidad podrá ser automatizado para el año 2055. Y sugiere que el movimiento hacia la automatización también traerá consigo un aumento global en la productividad, dado que se eliminaría ocasión para el error humano, el ausentismo por enfermedad, fatiga o malestar general. Pero reitero: ¿y quién consume?
Bill Gates, que inspiró a varios emprendedores a pasar horas cavilando en garajes o altillos contagiados por la fortuna que obtuvo y el liderazgo adquirido entre los magnates tecnológicos, se metió en el debate cuando dijo: “Si un robot viene para hacer el mismo trabajo (…) habría que ponerle un impuesto del mismo nivel”. Rescatamos de él también otra frase, aquella esgrimida cuando dialogaba con estudiantes sobre la problemática de la educación y el consumo: “Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe”. Agrego yo, entonces: ¿y si el jefe, además, es un robot…?
Un estudio de la Universidad de Oxford, realizado en 2013, sobre el impacto de la computarización en 702 oficios concretos, estima que un 47% de los empleos de los Estados Unidos de América está en riesgo de desaparecer en el media- no plazo. ¿En qué se basará, entonces, el empleo? ¿Cómo habrá recursos para subsistir? Si pensamos que la mayoría de los puestos de trabajo abastece a un grupo familiar indistintamente de la cantidad de sus miembros, ¿en cuánto quedará reducido el número de consumidores si así ocurriera?
También la universidad, en mutación constante, ofrece ejemplo de emprendimientos que requieren de menos puestos de trabajo. Es el caso de École 42, una universidad creada en París para programadores y desarrolladores de software. Se trata de una escuela total- mente gratuita, abierta todos los días de la semana, sin libros y… sin profesores. Nuestra pregunta vuelve: ¿Podrán ellos seguir formando parte del mundo del consumo?
El trabajo es íntimo a la condición humana. Pero más allá de esta consideración moral, el abordaje de los problemas que el mundo del trabajo hoy presenta deberá concentrarse reconsiderando la figura de quien consume.
Las inversiones a nivel global se ven habitualmente medidas en términos de lo que se conoce como Inversiones Extranjeras Directas (IED). Si consideramos el flujo global se ven habitualmente medidas en términos de lo que se conoce como Inversiones Extranjeras Directas (IED). Si consideramos el flujo global de los últimos años, vemos que experimentó una notable recuperación en 2015: creció en un 38% hasta alcanzar 1,76 billones de dólares, el nivel más alto desde la crisis económica y financiera mundial de 2008-2009. Estas operaciones suelen entrañar grandes movimientos en la balanza de pagos, pero pocos cambios en las empresas propiamente dichas. Si se descuentan esas reconfiguraciones empresariales a gran escala, los flujos mundiales de IED experimentaron un aumento más moderado de alrededor del 15%.
El futuro de las exportaciones obliga a mirar cómo el eje mundial se traslada paulatinamente hacia Oriente; y en el largo plazo, también la mirada debe ocuparse de las nuevas tecnologías, como el fintech, el cloud computing o la moneda virtual; sin descuidar los objetivos reales en la comercialización internacional de servicios presenciales y productos físicos.
Mientras cierra su dispositivo digital, dos sugerencias oportunas para el individuo del bar al momento de tomar una decisión de corto plazo: la Argentina no está en crisis, la Argentina es así.
Por último, sírvase otro café; esto recién empieza...
El Dr. (L.E.) Domingo José Mazza es economista profesional, MBA de Québec Montreal, Licenciado en Administración de la Educación Superior. Doctorando en Relaciones Internacionales en proceso de aprobación de tesis. Director general de Publicaciones del HSN, Director del CENECO FACPCE. Director de la Carrera de Economía y el MBA de la UM. Juez del Premio Nacional a la Calidad en el Sector Público, Juez del Premio Nacional a la Calidad en la Justicia. Conferencista internacional, ha ocupado cargos en los tres niveles de gobierno y ha sido asesor de la Universidad de Salamanca. Autor de obras y artículos en la Argentina y en el exterior.