Para descubrir qué nos apasiona, lo único que tenemos que hacer es animarnos
Escribe: Federico Kirschbaum - Lic. en Administración y artista plástico
Desde siempre me resultó raro que me llamen por el título, porque estoy convencido de que uno es más que eso, de hecho, podemos ser muchas cosas a la vez, y ante todo, antes de ser profesional sos persona, así que quizás no me di tanta cuenta que hay entre ser artista o ser Licenciado en Administración, porque siempre soy Federico.
Hace varios años, decidí que además de llenar los papeles con números quería algo más, no sabía exactamente qué y empecé a bucear entre las distintas posibilidades, hasta que llegué al pincel y los papeles en blanco empezaron a tener más que columnas de debe y haber, que totales y subtotales; empezaron a surgir colores, texturas, formas, un mundo ilimitado de luces y sombras.
Podemos jugar a ser muchas cosas, pero una cosa no reemplaza a la otra, somos la sumatoria de todas las cosas que vamos aprendiendo y es así que en mis obras está presente el equilibrio aprendido en la ecuación patrimonial, puedo trabajar en serie, puedo autogestionarme, puedo ver en cada pincelada el costo beneficio, no soy ni artista ni Licenciado en Administración, soy Federico, la persona que aprendió a hacer las dos cosas.
¿Qué es pintar? Pintar para mí es dejar volar la imaginación, es crear mundos que antes no existían, es poder canalizar algunas emociones y darle formas y colores.
Incursionar en el arte fue absolutamente inesperado, llegué de manera tímida a los casi 30 años y me fue apasionando cada vez más. Es un camino absolutamente gratificante, que me permite conocer nuevos espacios, nuevas personas; en definitiva, fue la visa de entrada a un mundo diferente. Una de las cosas que más rescato de esta nueva etapa es que me demostró que nunca es tarde para empezar a hacer algo diferente, que tenemos tantas oportunidades como queramos, que para descubrir cosas que nos apasionen lo único que tenemos que hacer es animarnos. El límite sólo está en nuestra cabeza y si hacemos algo con nuestro 100%, lo vamos a hacer bien.
Muchas veces me gusta hacer un paralelismo entre mi vida y un bastidor en blanco, cada día puedo darle los colores que quiero, cada día puedo dibujar los lugares a los que quiero ir, cada día me puedo convertir en artista de mi propia vida, que en definitiva es la obra que más nos tiene que importar.