La rueda de la vida de una empresa, en el proceso de creación de valor
Escribe: César G. Moreno. Lic. en Administración - Doctor en Administración de Empresas
Los procesos económicos se suceden a una velocidad que no alcanzamos a observar, y que nos permite reconocer que el cambio es permanente.
La empresa está influenciada por el entorno con el que interactúa, lo que incluye las condiciones económicas como los ciclos de expansión y los cambios en el nivel general de vida, impactando en el propio proceso de generación de valor.
La empresa busca, y tiene como función, producir bienes y servicios dirigidos a satisfacer necesidades humanas, pero por otra parte afronta como objetivo la supervivencia/crecimiento/liderazgo del sector.
Al igual que las personas, individualmente quieren tener un sistema de alerta que les permita identificar decisiones acertadas, o una señal para decidir de manera correcta. Lo mismo sucede para las empresas.
Los cambios en el nivel económico ponen en juego ciertos obstáculos que pueden identificarse con limitaciones:
1.- El temor a que la estrella del negocio se apague, deje de brillar; eso impide de alguna manera el propio desarrollo del negocio, que el proyecto empresarial pueda alcanzar el vuelo necesario para su realización;
2.- Una segunda limitación deviene de la primera, en tanto no se logre despegar nos anclaremos en la seguridad de no lograr resultados, lo que podrá posponer el proyecto empresa;
3.- El aprendizaje, como proceso que nos lleva a hacer, es el proceso de comprensión para el desarrollo de la organización.
La vida de la empresa requiere desarrollar el hábito de preguntarse cuál es el obstáculo que genera un “freno” y presenta dificultad en un momento determinado.
Ahora bien, si la vida de la empresa fuera un círculo o rueda, y lo fraccionáramos(dividiéramos) en segmentos iguales, y éstos nos mostraran una evolución (variación) y su contribución en el desarrollo mismo de su propia vida, podríamos interpretar las zonas comprometidas de ese desarrollo.
En una empresa, la rueda de la vida puede identificarse con los siguientes ejes: i) Finanzas; ii) Clientes; iii) Procesos internos y iv) Formación y Crecimiento.
A su vez, dicha rueda puede subdividirse, obteniéndose lo siguiente:
i) Estructura de ingresos y costos, ii) Recursos claves; iii) Clientes y segmentos de clientes; iv) Relaciones con clientes y canales ; v) Organización interna; vi) Actividades claves; vii) Formación y viii) Crecimiento para la generación de valor.
Identificar y construir esta rueda de la vida, que no es otra cosa que una rueda operativa, nos permite construir un instrumento que ayudará a comunicar y a medir la estrategia de gestión del negocio, facilitando la implementación de la misma, y proporcionando un lenguaje de comunicación respecto de la misión de la empresa, mediante la formulación de objetivos y el diseño de indicadores para su medición, evaluación, decisión y reformulación.
Sin dudas, cada aspecto de la vida influye, y es influido, por otro u otros, donde podemos aseverar que lo que ocurre en cada sección o área afecta a las demás.
Ahora bien, podemos agregar una mirada a esta “rueda real” estableciendo una comparación con un modelo ideal, la visión de la vida que buscamos alcanzar y lograr.
De la comparación, la pregunta que se nos presenta es ¿cuál es nuestro plan para lograr llevar esa visión a la realidad? En otras palabras, ¿dónde estamos? ¿a dónde vamos? Una es nuestro punto de partida, y lo otro será la llegada, nuestra meta.
Entonces, el rodaje o tránsito de un modelo a otro, del real al imaginario requiere movimientos permanentes que a su vez demandarán atención, cambios, mantenimiento, para lograr superar procesos de “desgaste” o de “deterioro”.
Si lo trasladamos a una empresa deberemos recurrir a funciones que serán vitales para determinar dónde estamos y hacia dónde vamos. Entonces buscaremos realizar y lograr que todas las funciones se lleven a cabo correctamente, eficientemente, para que la rueda no se detenga: que el servicio sea adecuado y tenga calidad, que el producto se venda, pero también que se cobre.
A su vez, el gerenciamiento tenderá a que la rueda gire más rápido, que se produzca más y se cobre mejor; pero también se necesitará aumentar la complejidad y valor agregado de los bienes o servicios que se venden.
Y deberá tender a que en cada etapa o fase de la rueda operativa se generen informes internos que permitan controlar la rotación y eficiencia con que se mueve la misma, utilizando indicadores que permitan evaluar las restricciones que impiden alcanzar las metas a través de su desempeño.
Será un proceso de valoración, que nos permita calificar desde el centro de la rueda, subiendo por cada eje hasta llegar al borde o límite externo.
Así cada área indicará el grado de satisfacción, cumplimiento o realización.
El resultado final del gerenciamiento es la creación de valor, lo que implicará haber logrado una empresa exitosa, propietarios satisfechos y una compañía que ofrece mejores posibilidades a empleados y satisfacción a los clientes.
Finalmente, actualizar y revisar la rueda de la vida de la empresa -la rueda operativa- debe ser un hábito permanente, ya que requerirá de mantenimiento y cambio en el transcurso de su giro.