El CPCES expresa su profundo malestar y rechazo a las expresiones vertidas por el titular de la AFIP
El Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Salta expresa su profundo malestar y rechazo a las expresiones vertidas por el titular de la AFIP, Leandro Cuccioli, al decir que “es inaceptable que un profesional con categoría Responsable Inscripto gaste más de $4500 para hacer su DDJJ”.
Consideramos de una gran irresponsabilidad una declaración de esta magnitud, sobre todo cuando proviene de la máxima autoridad del organismo tributario de nuestro país. Estos conceptos no hacen más que confundir a los contribuyentes y a la población en general sobre la importancia de los servicios que presta un profesional matriculado y la característica de los mismos.
Evidentemente Cuccioli desconoce la realidad que venimos atravesando los profesionales en Ciencias Económicas desde hace varios años, que nos obliga aun ejercicio profesional cada vez más complejo y con más de 160 impuestos a nivel nacional, provincial y municipal. Pero más allá de la cantidad de impuestos, los Profesionales de las Ciencias Económicas debemos convivir con un número mayúsculo de normativas, regímenes de información, retención y percepción que hacen imposible que una empresa prescinda de los servicios de un profesional matriculado.
Considerar a los honorarios profesionales como un gasto es un gran error, ya que los mismos corresponden al asesoramiento integral que requiere un contribuyente para cumplir con la normativa vigente que bastante compleja es. Demás está decir que, para llevar adelante esta tarea, los profesionales debemos estar permanentemente actualizados sobre las nuevas disposiciones en materia tributaria, contable, etc.,hecho que deriva en una necesidad de capacitación permanente que incluye la realización de cursos, congresos, jornadas, talleres, libros o cursos on line que implican necesariamente una inversión extra de tiempo y dinero.
Es importante destacar también, que un profesional matriculado es quien tiene las bases y herramientas académicas necesarias para asesor a los contribuyentes en un país que se caracteriza por la complejidad de su sistema tributario.
Para finalizar, queremos expresar que desde nuestro Consejo y desde la experiencia que nos brinda el quehacer diario, estamos convencidos que se debe trabajar para una simplificación tributaria y el mejor uso de la tecnología en nuestro ámbito de trabajo, por eso siempre nos encontramos a disposición de las autoridades correspondientes para replantear el sistema y ofrecer respuestas desde nuestra experiencia, pero eso no implica, bajo ningún concepto, restarle importancia al necesario e imprescindible asesoramiento profesional.