Administración Pública. Actividad reglada, discrecional y técnica
Sesin, Domingo Juan
Administración Pública. Actividad reglada, discrecional y técnica
Segunda edición
Buenos Aires: Abeledo Perrot, 2010
492 pág.; 23 x 16 cm.
Quizás pocas obras como esta ofrecen concretamente las estrategias prácticas que necesitan los funcionarios públicos, asesores, litigantes y jueces para solucionar los múltiples casos en que el accionar de la administración publica se efectivice mediante actividades regladas, discrecionales y técnicas. El autor da respuesta, entre otros, a estos interrogantes: a) como advertir en la práctica la atribución de discrecionalidad, es decir, la libertad con que los funcionarios pueden elegir una u otra alternativa entre varias igualmente válidas para el derecho; b) cómo simplificar la discrecionalidad inútil y revitalizar la necesaria en el marco de la actual transformación del Estado frente a la preocupación del sistema político por prevenir el abuso del poder; c) cómo debe ser tratada la discrecionalidad y los supuestos vinculados con la técn
ica en las leyes de procedimiento administrativo y en los códigos procesales en la materia; d) es posible la exclusión de la discrecionalidad en la primera etapa del proceso administrativo, de oficio o mediante la excepción pertinente; e) como identificar cuales son los aspectos reglados y discrecionales, así como las estrategias a seguir, frente a problemáticas muy especializadas, de oscura comprensión o que traducen un juicio de probabilidad y no de certeza, lo cual es frecuente en la realidad administrativa cuando se trata de juicios pedagógicos, concursos, idoneidad, oferta más conveniente, juicios médicos, ruina de la obra, etc.; f) cuáles son y cómo deben ser aplicadas las nuevas técnicas o modalidades de control del ejercicio de la discrecionalidad, teniendo en cuenta la jurisprudencia nacional y extranjera. En definitiva, el autor propone un nuevo orden en lo discrecional, lo técnico y lo reglado, la autoridad y la libertad, lo determinado y lo indeterminado, lo político y lo jurídico, a fin de establecer un justo equilibrio que haga posible la convivencia de estas variables.